
En entrevista con Monseñor Gabriel Barba a un año de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, reflexionó acerca de los más 700 abortos que se practicaron durante este año, y dijo: “son 723 sanluiseños menos que murieron, que hoy deberían estar gozando el derecho de la vida”.
“Como sacerdote me ha tocado acompañar a mujeres que abortan y es una herida que no cierra jamás”, aseguró el Obispo.
Además aseguró que: “es un gran fracaso de nuestro país y al mundo que empuja como un control de natalidad que empuja a la vida humana”.
“Se nos acusa desde las gradas de oposición como anti derechos, cuando somos defensores del derecho fundamental el de la vida” manifestó y dijo: “vale toda vida, creo que ese título deberíamos reforzarlo hoy. La dignidad de la vida humana sigue estando en todos, inclusive en los que se equivocan”.
Habló acerca de porqué una mujer se ve empujada a someterse a un aborto y expresó: “la mayoría de las veces cuando las mujeres abortan es una cuestión social, el miedo de no poder educar, mantener a un hijo, y por eso deberíamos justamente como sociedad reforzar esto, lo social”.
Finalmente hizo una autocrítica y dijo: “creo que hemos trabajado muy mal en el acompañamiento de los jóvenes, no hemos sabido acompañar a los jóvenes”.
